Con este artículo pretendemos ayudar en uno de los temas que más preocupan y más dudas despiertan en el desarrollo de los niños y niñas. ¿Cuándo y cómo es el mejor momento para quitar el pañal a nuestro/a hijo/a?
Nuestra contestación siempre será la misma: Si tenemos en cuenta y respetamos a cada uno de nuestros pequeños, todo será mucho más fácil.
Llega el buen tiempo y muchos padres y madres empiezan a querer quitar el pañal a sus hijos.
Frases como “ahora que ya no hace tanto frío”, “ahora que parece que hace más calorcito”, “el año que viene empieza el cole y tiene que ir sin pañal”, no paran de repetirse día tras día, olvidando que lo principal es respetar el ritmo de los niños/as.
No existe el día perfecto, ni la fecha más adecuada, ni es mejor cuanto más calor haga, ni si quiera existe una edad adecuada y exacta para hacerlo…
¡El momento perfecto es cuando él/ella decida hacerlo!
Es cierto que hay mucha presión porque al entrar en el colegio los niños y niñas no pueden ir con pañal y nos olvidamos que la maduración y el desarrollo de los niños puede cambiar mucho en muy poco tiempo.
El control de esfínteres, como cualquier otro aspecto del desarrollo infantil, debemos hacerlo siempre de una forma natural, respetuosa y, sobre todo, cuando el niño/a esté preparado/a para ello, tanto física como psíquicamente.
Cuando existe una relación de confianza entre el adulto y el niño/a todo es mucho más fácil.
El adulto tiene un papel fundamental escuchando, respetando, guiando, ayudando y acompañándolo de forma respetuosa, pero tiene que tener claro que si el niño/a no quiere controlar los esfínteres, ese no es su momento.
Se trata de un proceso de maduración, no de aprendizaje ni adiestramiento.
Tenemos que tener claro que no todos los niños lo harán al mismo tiempo y debemos respetarlo siempre.
La retirada del pañal depende del niño, no del adulto. La mayoría de niños y niñas se adaptan sin problema, siempre y cuando se esté preparado para ello.
Debemos procurarle un entorno que le facilite el proceso y, además, tenemos que iniciarlo al mismo tiempo en casa y en el cole y estar de acuerdo tanto familias, como educadores.
Como ya hemos dicho anteriormente, si hay una relación de confianza y respeto entre adulto y niño/a todo irá mejor y será mucho más fácil.
Antes de iniciar este proceso, debemos comunicar al niño/a que le vamos a quitar el pañal.
La parte emocional es muy importante y se debe procurar que no se sientan incómodos y lo vean siempre como algo positivo.
Existen una serie de señales que nos indican que el niño/a está preparado/a para dejar el pañal.
Si conocemos bien a nuestro/a hijo/a, si lo observamos y sabemos distinguir estas señales, todo será más sencillo y verá este proceso como algo positivo.
Alberto Soler, en su libro “hijos y padres felices” enumera muchas de estas señales:
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¡Paciencia, paciencia y un poco más de paciencia!
Tenemos la necesidad de que nuestro hijo/a vaya al mismo ritmo que nosotros.
La sociedad actual nos empuja para que todo sea rápido pero en este tema en concreto, el niño es el que marca su ritmo y siendo así conseguiremos que sea un experiencia positiva y respetuosa para él/ella, creando una base sólida y necesaria para sus futuros logros en la vida.
Es normal que al principio parezca una tarea difícil y estresante para el adulto pero si conseguimos ver este proceso con naturalidad veremos como todo se desarrolla de una manera lógica y positiva tanto para el niño, como para el adulto.
Es un buen momento para estrechar lazos con tu hijo, ya que él se apoyará en ti, y serás su ejemplo, para superar un reto muy importante para él.
Hay que enseñarle, y que consiga entender, que es mucho mejor ir al baño y hacer pis que aguantarse.
Sabemos que el castigo no trae beneficios en el aprendizaje de los niños y niñas pero sí conlleva consecuencias negativas en su desarrollo y en la construcción de su forma de ser.
Por lo tanto, nuestra recomendación siempre será no castigar a los niños, ni en este tema, ni en ninguno.
Cuando el pequeño tenga un “accidente” y se le escape el pipí, o la caca (cosa que sí o sí va a ocurrir por mucho que pensamos que nuestro hijo es un campeón), lo mejor sería no castigarle y actuar con la máxima comprensión, sin dar más importancia a lo que acaba de suceder.
En cuanto a los elogios, a todos nos gusta que nos digan las cosas buenas ¡eso está claro! pero una reacción demasiado efusiva y exagerada, puede crear cierta presión y solo conseguir que el pequeño/a se estrese por querer hacer las cosas siempre bien para que papá, mamá, o la seño, estén content@s.
A veces, solo falta escuchar a los niños, cogerles de la mano y ponerse en su lugar para saber lo que necesitan en cada momento.
La retirada del pañal es un proceso que llegará, cuando tenga que llegar, de manera natural. Respétalo. Si estás atento, será el propio niño quien te enseña a seguir los ritmos.
Os dejamos a continuación un listado de cuentos para ayudar a los niños/as en este proceso de dejar el pañal:
“¿Puedo mirar tu pañal?”