«La creación de ambientes donde priman la estética y la belleza, llevan al niño al asombro y a las ganas de descubrir».
Para crear ambientes educativos es necesario establecer un entorno adaptado a las necesidades e intereses del niño. Debe ser un ambiente donde la estética y la presentación de todos sus elementos suscite su interés y lo lleve a manipular y experimentar. La filosofía Reggio Emilia considera el ambiente como un tercer educador y es conocida por algunos especialistas como la pedagogía del asombro.
De acuerdo con la educación en el asombro, el aprendizaje nace desde dentro; es un “deseo” interno. Partir del interés del niño es una de las claves. Los proyectos nacen de lo cotidiano, desde una sombra que llama su atención, o de ver la lluvia a través de la ventana. El profesor David Brierly señala que la emoción es imprescindible para aprender: “Se recuerda lo que siente, y eso se convierte en experiencia”.
La estética y la belleza en los espacios, son imprescindibles para despertar su asombro e interés por descubrir. Además, en este tipo de ambientes prevalecen los materiales naturales y reciclados porque llaman su atención, despiertan su interés por conocer las múltiples posibilidades de los objetos, desarrollan su creatividad y les permiten sentir y experimentar con su realidad. Por el contrario, el incremento cada vez mayor de estímulos en los niños, a través de las pantallas, del consumismo exagerado o de algunos métodos educativos, satura los sentidos y lleva a la pérdida de sensibilidad para percibir la realidad. De esta manera, se vuelven pasivos y tienden a depender de estímulos externos.
La revista internacional Frontiers in Human Neurosciencepublica publica un artículo en el que Catherine L’Ecuyer presenta su teoría educativa, «The Wonder Approach to learning», diciendo que: en los últimos años, la neurociencia ha llegado a la conclusión de que ‘más’ no es necesariamente ‘mejor’: “No hay necesidad de bombardear a bebés o niños pequeños con una estimulación sensorial excesiva con la esperanza de «construir mejores cerebros». La sobre estimulación que en los últimos años estamos viendo podría ser una posible causa de los problemas de desmotivación, déficit de atención, fracaso escolar, en los que, el entorno tiene un papel fundamental.
De esta manera podemos decir que la creación de ambientes donde priman la estética, la belleza, y los materiales naturales y no estructurados, llevan al niño al asombro y con ello a las ganas de descubrir. El asombro es un mecanismo mediante el que los niños aprenden y desean aprender. Algunos especialistas le llaman la pedagogía del asombro porque ofrece una nueva mirada sobre el niño.